Mari Carmen nos explicó que este trastorno está causado por una inmadurez del lóbulo frontal del cerebro y dificulta el modo de aprendizaje en la fase más inicial de la edad escolar. Los rasgos más representativos de este trastorno son niños que les cuesta muchísimo centrarse y concentrarse, no siguen ninguna norma en los juegos, no respetan los turnos, molestan a sus compañeros… Pero esto es solo la punta del iceberg. El niño es consciente de que algo le sucede y manifiesta su estrés de esta manera. Lo importante del diagnóstico es poder ofrecerle una solución a tres niveles: familiar, escolar y social. Escolar utilizando apoyos didácticos específicos como puede ser materiales muy visuales o dar órdenes muy concisas. A nivel social conociendo este trastorno y no culpabilizando al niño sino ayudándolo en su desarrollo. Y por último y más importante, a nivel familiar. La familia debe ser el lugar donde se construya una autoestima fuerte para este niño separando el esfuerzo de los resultados, gestionando de forma equilibrada su tiempo de ocio y sobre todo, haciéndole entender de cuánto le queremos independientemente de sus notas en el cole.La mayoría de los asistentes coincidimos en que la charla fue muy interesante y que nos dio una visión diferente de la que teníamos del TDHA.
¡Esperamos que os fuera útil!
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